VISUALIZACIÓN CREATIVA, OTRA MIRADA
VISUALIZACIÓN CREATIVA, OTRA MIRADA
Por Ana Pérez
Terapeuta Gestalt y Coach
Formadora en Chamanismo Práctico
www.epopteia.es
La visualización creativa es el proceso mental mediante el cual nuestro cerebro crea imágenes. La visualización es algo natural que realizamos constantemente; no podemos dejar de imaginar, igual que no podemos dejar de pensar, de comunicar o de ser. Cada vez que vamos a hacer algo, previamente creamos una imagen de ello. La idea o imagen mental siempre precede a la acción: es una especie de ensayo, como el plano que realiza un arquitecto o el boceto de un cuadro. Así, antes de hacerme la cena, o si decido que voy a comprarme un vestido, primero imagino o pienso que lo voy a hacer. También creamos los escenarios de lo que vamos a vivir con unas emociones u otras, según lo grato de la película que nos montemos, y dependiendo de esas emociones tendremos una conducta y obtendremos un resultado.
El problema es que estamos más habituados a pensar en lo malo, a hacer más ensayos negativos o tener fantasías catastróficas que visiones inspiradoras, frescas, nuevas. Creamos por defecto, es decir, sin darnos cuenta reproducimos constantemente las mismas imágenes, los mismos guiones normalmente caducos e inservibles para nuestros objetivos actuales sin dejar espacio para la creación consciente y voluntaria. Como se dice en terapia Gestalt hacemos más ajustes conservadores que creativos.
Reza el refrán piensa mal y acertarás, pero es sólo una verdad a medias. Si piensas bien también acertarás pues la profecía se auto-cumple para bien y para mal. Pienses lo que pienses así será. Por ejemplo, si tenemos que realizar una examen o una entrevista de trabajo y sentimos miedo antes de que ocurra, al imaginar lo peor estamos creando en nuestra mente esa experiencia sin apenas darnos cuenta, sintiendo unas emociones que van a dificultarnos, incluso boicotearnos, el hacerlo bien. Antes de vivirlo empezamos a crear el fracaso. Sin embargo, si somos capaces de imaginar que nos encontramos en una prueba sintiéndonos tranquilos, seguros, confiados -la confianza es el camino que nos conecta con la meta-, visualizando que finalizamos con éxito la prueba, será mucho más probable que el resultado sea el que hemos diseñado. Salimos de un círculo vicioso para entrar en uno virtuoso que nos lleva directamente a nuestro objetivo.
La visualización es una herramienta muy útil para comunicarnos con nuestro inconsciente, esa parte de nuestro cerebro que apenas utilizamos y donde se halla toda la información que podamos necesitar. Antes de visualizar es necesario entrar en un estado de relajación profundo, logrando así aquietar al consciente y conectar con el inconsciente. El flujo de ondas cerebrales cambia del estado beta, el estado alerta o de vigilia, al estado alfa, el que alcanza en meditación o relajación profunda, y que es el ideal para crear. Tratar de visualizar un cambio en un nivel consciente es más difícil pues el consciente puede rechazar lo que estamos tratando de imaginar. En cambio, imaginándolo en un estado profundo de trance “despistamos al vigilante de la puerta”, ya no se razonaría y el inconsciente lo aceptaría. Al mejorar nuestra comunicación con nosotros mismos y enviar un discurso más positivo, somos capaces de suscitar una emocionalidad orientada a un tipo de acción que nos permite alinearnos con nuestros objetivos.
Podemos diferenciar tres tipos de visualización: programada, receptiva y guiada. La visualización programada o activa consiste en comunicarnos con nuestro inconsciente a través de sugestiones útiles que nos pueden ayudar en el logro de objetivos, mejora de la autoestima, autoconfianza, superación de situaciones problemáticas. Creamos y elegimos conscientemente lo que queremos ver o imaginar. La visualización receptiva o pasiva es la que utilizamos para preguntar a nuestro inconsciente; en este caso nos limitamos a relajarnos y dejar que las respuestas, en forma de metáforas e imágenes, lleguen a nosotros. Es la forma utilizada en el viaje chamánico o en meditación profunda. Podemos hacer uso de ella para descubrir las resistencias que aparecen al establecer objetivos -vencer a los enemigos-, comprender qué se esconde detrás de una emoción limitante como el miedo, la tensión o la apatía, y llegar incluso a descubrir la intención positiva de una conducta no deseada, un problema o enfermedad -recibir el mensaje de un aliado sin matar al mensajero. Nos ayuda en el conocimiento del “yo”, encontrando la enseñanza de esas experiencias difíciles que se nos presentan en la vida y se convierte en un canal de sabiduría interna. La visualización guiada es una combinación de las dos anteriores: se comienza con una visualización programada que se alterna con una receptiva.
La finalidad de la visualización creativa es ayudarnos a crear exactamente la clase de vida que anhelamos, a sentirnos verdaderamente felices, realizados, saludables, radiantes, colmados de prosperidad y rebosantes de amor, alegría y energía creativa. Es utilizada con mucho éxito en los campos de la salud, la educación, los negocios, los deportes y las artes. Pero la visualización creativa no es solamente una técnica; es también un proceso de autodesarrollo y, en última instancia, es un estado de conciencia. Un estado que nos permite ver profundamente que somos los continuos creadores de nuestro universo y que nos responsabilizamos de ello en todo momento.
-Ana Pérez-
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